Los humanos tienen la capacidad de imaginarse a sí mismos en futuros escenarios o aprender reflexionando sobre sus experiencias pasadas, pero los robots no se han simulado anteriormente de la misma forma en la que lo hacen los humanos, según cuenta el estudio.
Investigadores de la Universidad de Columbia habían creado un brazo robótico sin darle pistas de cuál era su forma. El brazo robótico de cuatro grados de libertad se desplazó en un principio al azar y reunió unas 1.000 trayectorias, cada una compuesta de 100 puntos.
Después de menos de 35 horas de entrenamiento con la técnica de aprendizaje profundo, el robot llegó a crear un modelo hecho por él mismo similar al robot físico con un margen de unos cuatro centímetros.
El estudio mostró que con un control de circuito cerrado que permita al robot recalibrar sus movimientos a lo largo de la trayectoria, este podría tomar pelotas de una mesa y colocarlas sobre un vaso con una precisión de 100 por ciento.
Además, el robot puede detectar daños en él mismo. Cuando los investigadores imprimieron en 3D una parte deforme, el robot pudo discernir el cambio y mejorar su propio modelo, para luego realizar las tareas de tomar y colocar con poca pérdida de desempeño.
Los investigadores ahora explorarán si los robots pueden modelar sus propias mentes y si pueden pensar sobre el pensamiento.
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